25 de septiembre de 2012

It´s the end of the world as we know it



Como todo el mundo nosotros también caímos en la espiral de hablar del fin del mundo, del 2012 -en nuestros Google calendar ya agendamos el evento, si, el ocio todo lo permite- y entre el cambio climático, programas como Preppers y los anunakis nos pusimos a pensar en "ya, ¿y si realmente pasara algo?" y con esa premisa en mente decidimos tener un plan de acción.

Y no me imagino con Doñita a la espalda, rifle en mano matando zombies o llenando la casa de conservas, nuestro plan es sencillo y casi una ensoñación de muchos citadinos, vivir de la tierra, haríamos comunidad e invitaríamos a nuestro clan uka-uka gente que esté en las mismas y que tenga distintas competencias (ya invitamos a los buzos ;)).

En mi debacle mundial imaginaria la tierra queda fértil (tan solo la ciudad es un lugar en el que no se puede volver a vivir porque todos los artefactos electrónicos colapsaron y el petroleo, no sé, se acabo no más... conveniente ¿no?) por lo que tenemos que volver a sacar el telar, hilar la lana, etc.

Y me gustó tanto este armagedón-custome que me doy vueltas por los sitios naturistas como ratón de biblioteca leyendo todos los DIY y es que uno excede su capacidad laboral actual, uno realmente puede aprender de muchas cosas y poco a poco ponerlas en práctica en la vida diaria, no sé (aún) cómo hacer un pozo de agua pero ya hemos ido probando secar las semillas de calabaza para plantar y hace poco encontré una receta con las semillas al horno que me tincó ene.

Por distintas razones que no daré la lata ahora he ido aprendiendo de las propiedades de distintos alimentos, para qué sirven, qué nutrientes tienen y que enfermedades se pueden evitar o disminuir al consumirlos, llegar a todo esto solo me anima a seguir por la misma senda (salvo el día en que uno no alcanza a nada y se come su buen plato de tallarines con salsa de tomate mega transgénico con la misma felicidad que se come la ensalada de quinoa, rúcula y naranja).

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