5 de noviembre de 2013

Adiós



Nos conocimos en un momento difícil…


Verás, tú eras pequeña, en tu casa te recibieron pensando que serías el estandarte de la nueva alcurnia de los amos, yo, yo andaba en los 20´s aún, tenía mi título y un porrazo a la realidad me decía que encontrar trabajo no iba a ser tan fácil como yo creía.


Tus “dueños” notaron que no eras la raza pura que creyeron, te despreciaron y ahí mismo perdieron la oportunidad de conocerte, ahí mismo empezó nuestra aventura, viniste a vivir con nosotros.


Enfrentémoslo, ninguna de las dos salió buena para correr, nos conformamos en algunos paseos caminados a lo más a paso rápido y quizás algunas escasas corridas por la playa, me llevas la ventaja en saber capear olas, yo termino siempre revuelta y llena de arena, tú, tu te sacudes el exceso de agua y te vas a tender a la sombra, el sol es para humanos.


Un día corriste, corriste con ganas, creo que por tu cabeza solo había un pensamiento: GA VIOOOO TAAAAAS y nada te detuvo, volaste como nunca hasta que un piquero en el agua fría te enseñó que eso que no se movía pero era de otro color era una laguna, el susto y el frío congelaron todo, pero al rato estabas bien, claro, hasta ahí no más quedaron las aventuras de velocista, mejor era ver pasar la tarde bajo algún arbolito manso.


Nadie nunca en toda la vida podrá reemplazarte porque uno aprende a amar a distintas personas y seres que pasan por la vida pero a los amigos, a los amigos del alma, uno no los olvida ni los reemplaza, nadie nunca podrá ser tan suave, tan regalona y tan ridícula como tú.


Viviste 12 años perrunos, aquí con nosotros, quisiste a mi hija a primera vista pese a que significó mucho menos tiempos y cuidados para tí, te enamoraste de mi cielote tanto como yo… o él de tí, nos aceptaste como solo el amor incondicional y sabio perruno acepta y ama y por eso solo puedo decir gracias.


Y luego el cáncer, desarmador, doloroso, temible te fue enfriando de a poquito, te invitaba a seguir acostada y mirarnos desde ahí.


Y me quedo frente a un teclado, inmutable, esperando que aparezcan las lágrimas, que todo el vacío que va a quedar sin tu suave pelo eternamente enredado, sin tu constante y pacífica presencia me choque, me queme y te extrañe.

Lo pasamos bien, te quiero.

7 de agosto de 2013

Micro listado de las cosas que antes no sabía y ahora no puedo hacerme la loca


La mal confundida humildad hace que no nos demos el tiempo de auto pegarnos un palmetazo en la espalda y decirnos "vamos bien, estás avanzando" por lo general, salimos guenazos para boicotearnos, para creer que:
a) a nadie le importa
b) a nadie más le pasa
c) ¿quién me creo que soy para andar repartiendo aprendizajes?

Y me ahorro el blabla (yeah, like I could) y me voy directamente al listado: 



  1. El rechazo a ser corregidos es directamente proporcional al miedo a que estemos equivocados, exponiendo nuestras inseguridades, desnudándonos frente a la masa.
  2. Nuestras fortalezas nacen de nuestras debilidades, de exponernos, de caer lo más bajo, familiarizarnos con la oscuridad y así ver que nosotros mismos podemos ser luz y poder de cambio.
  3. Descubrí que a veces es sano preguntarle a los demás cómo somos o cómo nos vemos para reafirmarnos, para descubrir que si, somos mejores personas de lo que creemos y que no lo hacíamos taaaan mal como creíamos.
  4. Descubrí la maravillosa/socialmente-difícil vida vegana, en la que a través de la prueba y error (y error y error) me voy desarrollando.
  5. Finalmente el proceso de perder el miedo implica no que nos de lo mismo la opinión del otro sino que pese a la opinión del otro o sumándola nos seguirimos sintiendo bien respecto a nosotros, nuestras características y lo que nos hace individuos únicos.
Por lo mismo mi estado actual es "en rodaje" quizás nunca deje de serlo.

25 de junio de 2013

El cigarro


*Publicado originalmente en déjalo.org 

Comenzar este post me ha costado varios intentos, imagine conmigo querido lector un montón de hojas arrugaditas mientras saco otra página y empiezo de nuevo, bueno, eso pero virtual, lleno de pantallas arrugadas a mi alrededor.

Este es un post respecto a fumar y teóricamente debiera ser fácil, fumé un montón de años y lo dejé y ahora mi vida es feliz… pero hay muchas capas intermedias, por qué enviciarte, por qué tomar consciencia, por qué dejarlo… y aquí estoy, confesando mis inseguridades.

Cuando eramos chicos yo tenía asma, usaba mi inhalador frecuentemente y con mi hermano mayor solíamos aparecernos en los cumpleaños de mamá o papá para pedirle a los adultos que no fumaran en nuestra casa, y en los 80s eso no era habitual, ni educado… estos mocosos avergonzándonos, pidiéndonos que renunciemos a nuestros cigarros, habráse visto!, en mi casa se fumaba poco y nada y agradezco profundamente ese ejemplo pero fuimos criados en la época que lo que decía o hacia el adulto era ley, y así, nos pasó muchas veces como a todo coetáneo convivir con el humo en el ambiente.

Comencé a fumar de la manera más tonta y ssshora del mundo, por "pertenecer", dentro del grupo scout estaban las niñas que fumaban y las que no, como vil película gringa, en nuestra adolescencia replicamos el grupo de los cool y los wannabe y uno tanto quiere ser apreciado que cae en tonteras como adquirir gustos ajenos para estar con las que en pleno campamento se escapan a fumar al lado del río… porque es sshoro, porque es de grandes… mi primer cigarro fue un Advance y claro, como de chico uno no tiene plata a su haber deambulé entre las marcas más malas y de vez en cuando me daba un gustito comprando alguno mejor.

El cigarro se convirtió en un amigo cuando tenía pena y el hecho de fumar me consolaba, en mi almuerzo universitario cuando no había tiempo para nada más, en mi compañero de carrete porque pucha que es rico conversarse un cigarrito!, en mi guatero porque es cosa de sentir frío y el comportamiento adquirido es pensar "uuuyyyy me fumaría un cigarriiito", en un escudo cuando en mi incómoda adolescencia desadaptada me escondía tras el pucho, tenía al menos una conversación asegurada (si llamamos conversación al "préstame fuego") y si, no fue tan terrible como suena, pero era inseguuuuuraaaaaaa y el cigarro era mi mantita de Linus. 

Fumé desde los 14 años en períodos más o menos tóxicos, a veces una cajetilla me duraba la semana (el fin de semana nunca logré que me sobraran cigarros, fui la definición literal de una fumadora social), otras veces la cajetilla me duraba 2 días, sobre todo con las entregas de taller de diseño, las amanecidas maqueteando y vamos fumando, uno tras otro, sin disfrutarlo, solo porque los tenía.

Alguna vez cerca de los 20 y algo quedé mirando el cigarro que había prendido automáticamente por seguir la rutina almuerzo-café-cigarro y se vino a la cabeza el pensamiento ¿¡¿cuándo lo prendí?!?, decidí que el siguiente cigarro que prendiera sería cuando realmente tuviera ganas de fumar… y siendo súper consciente pasaron 5 o 6 meses, esa fue mi primera señal de entender que no era "una necesidad", para un no fumador me imagino que debe ser difícil empatizar con esa idea, pero debe ser lo mismo que a mí me pidan que empatice con la mujer que no puede salir sin chantarse los tacos de 15 cms. solo imagínelo, cuesta.

Pero seguí fumando, fumé un montón de años más y entremedio conocí a un hombre maravilloso que despertó muchos intereses en mí que había dejado de lado por esa inseguridad de ser parte del grupo, comencé a desarrollar más mis gustos personales y con eso el hacer ejercicios llegó a mi vida, no a nivel pro pero lo suficiente como para ir de excursión y llegar viva y no con ataque de asma a la cima y claro, me di cuenta de lo mal que estaba mi estado físico y la diferencia que se hacia en mi cuerpo si me lo había fumado todo el día antes. Con él me casé y seguimos fumando, ambos y mucho… y cuando algo nos dijo "ya es tiempo" cambiamos muchos hábitos, queríamos ser padres, queríamos ser padres responsables, y mis dosis de alcohol bajaron a niveles de "señorita bien portada", aumenté la cantidad de ejercicios y creo que leí cuanto libro existiera de maternidad… pero no podía dejar el cigarro, patético, fumaba poco, me empecé a poner reglas, no fumar durante el día, no fumar durante la semana pero cuidado pulmones pasivos si andaban cerca mío el fin de semana!!! ahí estaba yo prendiendo uno y otro y otro después, el encasillarse como "viciosa" no es fácil ni alentador… además yo fumaba mucho menos que el resto pero recuerdo ir camino a la casa de alguien que no fumaba, donde estaba prohibido prender un cigarro y pasar a comprar solo para saber que tenía los cigarros en la cartera… ese fue el punto más bajo de ¿tan mal estoy? ¿tanto lo necesito?.

El inconsciente es sano, más sano que mi consciente y mi fuerza de voluntad, poco a poco el cigarro me fue dando asco, y es que algo pasaba, estaba embarazada y tuve de esos embarazos de teleserie, con mareos, con vómitos y con asco a muchos olores, el cigarro afortunadamente fue uno, durante el embarazo no soporté el olor y después de que nació mi doñita, tuve que sacarme la venda de los ojos, no hay período más fuerte y necesario para madurar que la maternidad, este es el cuando, no puedo volver a fumar, no puedo hacerle eso a mi hija, y es que uno empieza a ser ejemplo y aunque me han dado muchas ganas muchas veces, aunque he pedido literalmente a gritos un cigarro en medio de una discusión (que afortunadamente no había) simplemente NO VALE LA PENA, esta soy yo, con defectos y virtudes que no van a cambiar por un cigarro, con inseguridades maternas y con conflictos de pareja que no van a cambiar por un cigarro, con cansancio y con conversaciones entretenidas que no van a cambiar por un cigarro… no vale la pena.


Ayer salimos extra tarde camino a la pediatra que está relativamente cerca, 15 minutos a pie, pero tenía 8 para llegar, monté a doñita en su coche y partí dejando de lado todo tipo de glamour corriendo con el coche… ella reía feliz y gritaba "¡¡apidooo apidoooo!!" no voy a mentir, quedé molida porque hace tiempo no hago ejercicios pero llegué en 6 minutos, no tuve ataques asmáticos (que conservé en la vida adulta cada vez que me resfriaba y obviamente no dejaba de fumar) y mi hija reía… cualquiera podría entender esa idea tan simple, pude hacer feliz a mi hija con algo tan simple y pequeño que sé, no hubiese podido hacer si mantenía mi estilo de vida anterior, ver las paletitas de mi hija riendo y diciendo ápido… no hay nada que le gane a esa imagen.

5 de junio de 2013

vasomediolleno kind of woman



En esencia soy naturalmente a nivel para-la-custión vasomediolleno kind of woman, vivo buscándole el lado amable a las cosas, viendo que justo en medio de la peor pelea de la vida pasó una mariposa, que cuando viene la angustia mala, negra y grande en la que uno no sabe cómo saldrá a flote… se sale, se sale y bien parado, herido y tambaleando, de todo se sale… 

Pero… (era obvio que venía el "pero" aquí ¿no?) hay días en que el vaso está chorreando agua, en que te dicen que dejes de leer cuentos de hadas y que el laberinto del fauno no existe, en que quieres que te aparezca la abuelita rock y te abrace y sentirte pequeña y segura (abuelita mía que estás en los cielos, es una forma de decir, no te aparezcas así como así que tendré que ponerme los pañales de doñita del susto ¿ya?)

Hay días que uno siente que le sacó el filtro fotográfico a la vida y es gris no más la cosa, hagas lo que hagas, todo sigue igual, nada mejora, nada cambia, la gente no sonrie, la gente no ama, la gente no TE sonríe y no TE ama… y una, una que es hipersensible se va a negro, llueve en el corazón cuando lo único que quisieras es andar dando vueltas y ver mariposas…





...Pero ¿sabes qué? sigo siendo vasomediolleno kind of woman.. y ya pasará algo, ya todos aprenderemos a mirar para el lado y sonreir, algo tendrá que pasar para que nos peguemos el alcachofazo que amando la vida es más linda… yep, I know, empalagosa

[La imagen obviamente no es mía, los derechos son del autor que no tengo la más pioja idea quién es]

27 de mayo de 2013

Un poco de Educación a Distancia

Una de mis aficiones en la vida es estudiar, no es que sepa mucho la verdad, es más que nada el goce por el viaje hacia el aprendizaje lo que disfruto.
Dicho esto puedo contar que en 2011 realicé la defensa de tesis para el magíster en educación... fue difícil, doñita ya venía en camino y tanto mi cabeza como mis neuronas estaban en todos lados, por lo mismo al saber que días después del parto fue la ceremonia de titulación y recibí el reconocimiento como mejor alumna del magíster (dos o tres días post parto así que me quedé con las ganas de asistir a la ceremonia) me sentí orgullosisima.

Les dejo aquí la presentación que usé para la defensa, el tema tratado: "Factores críticos de éxito en un sistema de Educación a distancia"

16 de mayo de 2013

El post go vegan

Vengo con toda la humildad del mundo a plantear mi punto de vista, y es difícil "pararse" frente a un montón de gente que espera una tenga las respuestas a todas sus preguntas, algunas en buenos términos y otras en ironía, intimida en serio loco, pero aquí voy, espero ser lo suficientemente coherente.

Fui "vegetariana" 5 años y entre comillas porque mi conciencia cómoda hizo empatía con los animales con patas pero feliz comía salmón en todas las parrilladas, poco a poco me empezó a incomodar, para mí es un tema de empatía, me violenta demasiado el provocar sufrimiento a otro ser y ahí dejé las carnes de todo tipo (esta es la parte en que generalmente me tiran alguna talla en doble sentido si si ja ja volvamos al tema) siendo vegetariana quedé embarazada y me hice todos los exámenes solicitados, lo conversé con el gine y con la pediatra, quienes fueron súper claros en que no necesitaba "comer por dos" ni tomar más leche, sí, necesitaba una dosis extra de calcio pero consumiendo diariamente almendras y nueces podía suplir esta nueva demanda (los doctores que me atendieron no son hippies barba larga de partos en la piscina con delfines y arcoiris, eran doctores-doctores).


Nació mi hija y en todos sus controles ha estado dentro de los percentiles con los que te dicen, si, tu hija es una más de la media, no es ni más palillo ni más redondilla. 


Tuve la suerte de poder amamantar a mi hija por muuuuuuucho tiempo y sin yo buscar tanto fue llegando a mi la información sobre la industria láctea, más allá del maltrato, la parte lógica en que la vaca produce leche para su ternero, ese ternero que no estaba recibiendo leche porque pasaba de la vaca a la industria… dígame hormonal, lo soy, dígame hipersensible, pfff lo mega soy pero colapsé, y tratando de tomar las cosas de manera informada caí en el veganismo, y aquí quiero hacer un alto, fui yo quien llegó a esa conclusión, somos 3 adultos en casa y mi corazón de melón, solo yo soy vegana, en casa se cocina todo tipo de comidas, porque después de hartas conversaciones y peleas también respetamos el libre albedrío.


Soy vegana y trato de conciliar la vida con eso, no compro cosas de cuero, lo que tengo de antes lo usaré hasta que se rompa, busco marcas que no testean en animales, no me paro en la calle vociferando pero si puedo dar mi opinión la doy, quizás no le suene del todo consecuente, le doy leche Nido a mi hija, porque creo que ella tiene el derecho a elaborar su propia decisión cuando pueda y quiera, muchas de sus comidas no contienen carne, reacciona físicamente muy mal al huevo por lo que optamos por no dárselo (vómitos y coceduras, no cosas imaginarias), tiene todas sus vacunas y en sus controles sale todo ok. 


¿A qué voy con toda esta lata? a que creo y espero estar dándole la oportunidad a mi hija de hacer lo que ella estime conveniente con su alimentación, a que respeto al resto por sus preferencias u opciones alimenticias y a que me gustaría ese mismo respeto por mi forma de ver la vida.

22 de marzo de 2013

La plaza

Ayer llevé a Doñita de nuevo a la plaza, en teoría, en el mundo pre parental me imaginaba yendo a cada rato, vivir en la plaza, llevar mi carpa y reclamar ese pedazo de patria para nuestra exclusiva soberanía... pero no siempre se puede (atención spoiler culposo...) o se quiere.

La plaza es todo un evento ahora que Doñita ya camina, la interacción con otros niños la incentiva a aprender trucos nuevos aunque no todos son buenos, la tarde que vio a un niño tirarse por el pasamanos de una escalera sufrí... dile a una mini humana que apenas se equilibra sola que no se suba cuando realmente es todo lo que quiere hacer en la vida, difícil po.

Aunque tenemos lugares más cerca me gusta ir a la Plaza Las Lilas, porque tiene una zona gugu-friendly en que estamos todas las mamás/nanas/abuelas/y- uno-que-otro-maravilloso-padre corriendo tras los minis, estamos tod@s en las mismas, sacando las colillas para que jueguen con tierra (si, en una plaza que está llena de juegos para guaguas y niños bien chicos, donde no cabe un trasero de adulto... ahí mismo hay colillas, naquers).

Es reconfortante y extremadamente gregario ir a la plaza, establecer conversaciones aleatorias con otras mamás en las que de repente les pasas un dato, te aconsejan o simplemente tienen esa mirada cómplice de "también estoy raja".

El tema irrelevante de hoy es que muchas mamás tal como yo van saliendo de la ofis, vuelan a buscar a sus hijos y se instalan en la plaza, yo y mi informalidad/comodidad voy con zapatillas, con chalas, con el pelo tomado para ir a jugar (porque así jugaba yo po, cómoda) y me encuentro con el Viste la Calle/Inauguración H&M/CatálogoMom pero en serio, ayer figuraba con chalitas, con pantalones anchos de esos ultra comodos, playeros y negros cubre manchas y pasa al lado una mega woman con su vestido con transparencias, con sus zapatos lady gaga a siete metros de altura ¿y qué me importa? nada, ella corría igual que yo tras su hija, trataba de decirle que no le pegara a otro niño y lo hacía desde allá arriba, no sé cómo veía todo, no sé cómo se equilibraba y menos sé cómo aguantaba los dedos apretados sobre los tacos en gravilla, yo no tengo esas capacidades de runway girl.

Ir a la plaza implica como toda salida con doñita miles de accesorios (¿o seré yo la alaraca y otras mamás van así no más?) unos los uso siempre, otros los he dejado de usar y otros los llevo igual por el bien mentado caso de la ley de Murphy.

Los aciertos:

  • No vivimos al lado así que si o si vamos en coche y como está super cansada a la vuelta generalmente se queda dormida.
  • Las burbujas... toda maña al irnos, toda insistencia en querer el andador maravilloso y de colores de otro niño puede desaparecer con las burbujas (y le dejo el cacho a las otras mamás que ahora necesitan mis burbujas)
  • El balde y la palita... ¿qué onda con el gen constructor de los niños? se las pasas y las hierbas de san juan son una alpargata Iberia al lado de este relajante naturals.
  • El vasito de agua, claro, la hago correr, subir y bajar como loca y no le voy a llevar agua.
Lo que sigo llevando:
  • La manta, ahora que camina me mira con cara de "aloooo McFly, ¿pretendes que me siente a jugar aquí?" y claro, la entiendo, ha pasado toda su longeva vida sentada o acostada, yo tampoco querría sentarme un rato más, pero la llevo, la llevo por si en algún extraño caso la maternidad se convierte en eso que te engrupen con fotos perfectas de un picnic perfecto (no me diga que su hijo si lo hace).
  • Una muda de ropa y pañales, vivimos re cerca para cualquier cosa nos devolvemos a casa y listo pero ahí está mi instinto de mmm no sé cuál es el mal ¿ Diógenes? de recolectar, de llevar hasta lo imposible... de hecho cuando era ultra guagua no sé como cerraba el bolso de todo lo que llevaba.
Lo que ya no llevo:
  • Demasiados juguetes, la gracia de salir al mundo exterior es correr, tirarse por el resbalín, columpiarse y no quedarse ensimismada en juguetes, creo, además con más niños siempre es un cacho porque empiezan a quitarselos y mi corazón de melón es suaaaave y aún no los pide de vuelta, snif.... y yo, yegua mom monto en furia cada vez que otro niño le hace algo, se me va la maternidad a la conchelaloraland y quisiera dinamitarlo ahí mismo pero respiro... Doñita tampoco entiende el concepto de compartir aún.




27 de febrero de 2013

Rufo



Por más que lo hemos conversado, nadie sabe exactamente cuando HermanoMenor vio un perro fuera de la casa y como el perro tenía hambre y él tenía pan, usó la lógica de niños, esa que después dejamos dormida y le dio pan y lo invitó a pasar, cual vampiro -es que HermanoMenor es muy sociable y tiene una larga data de amor perruno desde que era un micro HermanoMenor- y dinamitó un pequeño problema, el perro ladraba a la gente dentro de la casa y a la gente fuera de la casa, Rufo había puesto su bandera colonialista en nuestro antejardín. Obligados, de a poco lo fuimos aguachando para que no nos ladrara y eso lo convirtió en el absoluto soberano del antejardín, la cocina, el living y... si, si, frase emocional incluída, nuestro corazones.

Rufo era un perro de raza, de todas las razas, tenía pelos lisos y entremedio algunos bien rulieeentos, cola de plumero, colores indeterminados y el peor aliento perruno de la historia de los perros con alitosis, le faltaba un pedazo de oreja tipo Evander Holyfield (al tipo que Mike Tyson le dio una probadita, yep, lo goglié) y le faltaban algunos dientes, con el tiempo se volvió un verdadero abuelito shin dientesh, parecía viejo por todo lo carreteado que estaba pero dicen llegó de 3 años.

Como era callejero del tipo Cannis Chilensis Tirrile Chilensis nunca insistimos en limitar su espacio solo al patio, de alguna forma se las arregló para correr un pedazo de reja -una elegancia de reja por demás- y entraba y salía a gusto, unas casas más arriba vivía Gardel, otro perro con tanto pedigree como Rufo, era el rudo del barrio, mandíbula ssshueca, paticorto y malas puuuulgas, podían pasar horas -literalmente- oliéndose las colas y girando, un tango eterno de machos peludos... Gardel pue.

La mayoría de las historias de Rufo se dieron en el contexto -Rufo, mi perro callejero- podría contar cuando un tipo trató de abrir la reja y mi awesome perro lo mordió, (en rigor él nunca mordía a nadie, bueno, casi... pero cuando lo hacía la triste realidad es que le quedaban tan pocos dientes que ni dolía, ni sonrisa de mujer se lo hubiese podido arreglar) el resumen fue que el tipo demandó a mi papá y fue juicio y pah, drama pero la jueza estuvo a favor de mi papá, el argumento fue que él no era el dueño del perro, sino que Rufo era nuestro dueño (si, ese fue el argumento, tal cual y supongo que la jueza: a) amaba a los perros, b) no te podíh poner serio y castigador cuando te dicen eso, así que hasta ahí llegó el caso).

Rufino tuvo tantos atropellos como pelos tenía en su lomo, como iba cual perro-hippie-alma-libre por la vida de repente uno llegaba a casa y por más que lo llamaras no aparecía... estaba escondido bajo la cama de mis papás, más de una vez con los neumáticos pintados en las patas o en la guata, si no me falla la memoria, ninguno fue ultra grave, cojeaba un tiempo, se negaba a salir pero después... después atrápenlo!. El escondite bajo la cama de mis papás servía para el post atropello, los días de truenos, las protestas de 11 de septiembre, los días fríos en que se mimetizaba con la alfombra..- ok, not-... pero él se quedaba quietiiiitoooo con cara de "zoy invizible... zoy invizible..."

Rufo me acompañó toda la enseñanza media, toda la universidad e incluso mis primeras incursiones en el mundo laboral (cuando aún una ni siquiera considera la posibilidad de tener un auto) y para todas partes me movía en micro y mi callejas fiel me acompañaba al paradero, se sentaba a mi lado y esperábamos pacientemente la micro, muchas veces tuve que bajarlo o pedirle al micrero que cerrara las puertas y ahí él partía de vuelta a casa... Yo sé que con el tiempo uno tiende a exacerbar las cualidades o los mismos eventos se vuelven más mágicos de lo que en realidad fueron... Peeeeeeero (querido lector, era obvio que aquí venía un pero no?) no es ese el caso de Rufo, hasta ahora, cuando me he reencontrado con gente de aquellos tiempos me preguntan por Don Rufo, el inolvidable.

Pese a que tengo padre y hermanos protectores, nadie igualó a mi perro querido a la hora de dar el visto bueno, cuando llegaba con un amigo a casa y a Don Rufo no le gustaba era capaz de ladrarle todo el rato, tooooooodooooo el ratooooo o de convertirse mentalmente en gato, y toooodoooo el ratoooo se subía a mi falda (es difícil lograr explicar el tamaño de Rufo pero aunque no era gigante, jamás pasaría por gato). Si el amigo en cuestión contaba con la aprobación del macho alfa de casa, su cola de plumero se movía feliz.

Rufo vivió 15 años con nosotros y quedaré siempre corta al tratar de resumir su vida con nosotros, todo lo que nos entregó y esa mirada cómplice y silenciosa cada vez que uno realmente necesitaba a un amigo.
Fue muriendo de a poco, tenía cataratas, un soplo al corazón, cáncer a la próstata y no me acuerdo que más, pero mil cosas más, mis papás lo quisieron tanto como nosotros y gastaron lo que no tenían para darle un final feliz a su vida, le compraban sus remedios y se los daban en pedazos de salchichas, en pancito remojado (no era lo mejor pero al final era lo único que comía) a veces nos miraba y empezaba a gruñir, se paraba tiritando y con lentitud, se acercaba un poco más y movía la cola, nuestro perro debió haber tenido alzhaimer, si alguien le daba un hueso permanecía toda la tarde con él en la boca... quizás le daba miedo enterrarlo y después olvidar dónde lo dejó...
La eutanasia era una palabra innombrable para todos, luego no lo era tanto y finalmente era LA palabra, como Rufo y HermanoMenor tenían ese nexo tipo E.T. y Elliot (esta no la goglié, me acuerdo perfecto) tuvieron que convencerlo de que era lo mejor, para cuando aceptó, Rufo ya se había despedido y la inyección llegó cuando naturalmente se estaba disolviendo un Domingo de Resurrección del 2007 y se fue a vivir en pedacitos a nuestros corazones (si, sonará increíblemente cebollento, pero solo para quien no se ha despedido de un amigo de 15 años).

En la noche y sin que ningún vecino protestara mi papá hizo un hoyo en el pasto fuera de la casa y lo enterró ahí, yo no pude ir, me congelé y miré de lejos, tenía tanta rabia!, por días nos sentamos a comer en silencio, el dueño de casa había muerto y cuando uno se ponía a llorar en vez de consolarlo, nos poníamos a llorar los demás.

Tiempo después una vecina llegó a hablar con mi papá, durante la noche hicieron otro hoyo al lado de Rufo descansaba el viejo Gardel, tenían ahora toda la eternidad de los perritos se van al cielo para olerse las colas.

Para muchos un perro es solo un perro, huele mal, es sucio o solo "sirve" para vigilar... sin embargo para nosotros fue el mejor y más increíble amigo, hijo, hermano y amigo que pudimos tener. 

19 de enero de 2013

Institucionalizada


Hace unos días en el TCM (y siempre siempre pensaré que es CTM) vi The Shawshak Redemption, los presos soñaban con la libertad, con salir y todo lo que harían fuera, pero quienes pasaban mucho tiempo dentro y salían se daban cuenta que solo querían volver a su carcel, su happy-safe place, entonces asumían que ya era tarde, que se habían "institucionalizado".

Algo parecido pasa cuando uno se avoca mucho a alguna tarea específica, estudié y estudié y fui muy buena alumna, lo pasé bien, aprendí mucho y descubrí talentos que no sabía que tenía pero perdí un poco de vida social, apenas dejé de estudiar, quedé embarazada y ahí si que al parecer le puse punto final a mi pequeña comunicación con el mundo exterior, no me malentienda, conozco gente, mucha, no tengo problemas para establecer diálogos, como lo ve, sigo siendo un ser muy muy sociable pero ajeno a la vida misma, ausente de lo que ha pasado, una visita. Y en cada una de esas ocasiones si, vuelvo a tener 4 años y solo quiero esconderme bajo mi cama en busca de seguridad. 

En algún momento en estos años me institucionalicé y ni siquiera lo supe.