26 de noviembre de 2012

De dos a cuatro

...me fui reencantando con nuestra manera lenta y parsimoniosa de ir armando nuestro hogar, cada cosa tiene su historia, cada compra, regalo o herencia que hay aquí es un verso de toda esta gran poesía, de este gran viaje...


Este es el escrito  más materialista que he hecho en la vida y no me costó tanto fíjate tú...

Hace casi cuatro años - a cumplir el jueves- Cielote y yo nos casamos y vinimos a vivir a este mansoniquedepartamento era graaaaaaaandeeeeee tenía una jardinera seca, llena de puchos y un esqueleto de paloma (true story), una alfombra recién limpia por alguna fabulosa empresa de aseo industrial, junturas de baldosas neeeeegraaaaaas y un piano atravesado como gran decoración, posesión que el dueño no tenía donde dejar y que fue nuestro gran adorno por mmm por muchos muchos meses.

Nuestra primera noche fue durmiendo en sacos de dormir directo al suelo, nuestro primer desayuno fue prestándonos la única cuchara y sentados en cojines a falta de sillas y nuestro primer carrete fue con pánico de que se fuera a manchar cualquier cosa.

Recuerdo haber ido a conocer la casa de una amiga y volver con las orejitas para abajo pensando que tenían una casa adornada tipo Vivienda y Decoración mientras nosotros teníamos -aún- tazones de distintos diseños y tamaños, nada estiloso para una oncecita de ladys, pero llegué y miré mi departamento y me fui reencantando con nuestra manera lenta y parsimoniosa de ir armando nuestro hogar, cada cosa tiene su historia, cada compra, regalo o herencia que hay aquí es un verso de toda esta gran poesía, de este gran viaje.

Así leeeeeentamente fuimos colgando cuadros, reacomodando muebles, habitando... 

Y llegó Doñita y poco a poco fue ocupando un espacio, cuando supimos que iba a venir compré extrañada un par de piluchos, luego empezaron a llegar los regalos de los abuelos, las compras paulatinas, la cuna, los pañales y armamos su habitación, bueno, ahora que está a punto de cumplir un año hay que decirlo, ocupa casi todos los espacios, que los juguetes, que la ropa, que el megasuperdooper coche 4x4 (y nos sigue llenando de babofelicidad ver que ocupa cada rinconcito nuestro tan literalmente).

Hoy es la primera noche que mi suegra duerme aquí, por razones que a usted si le interesan pero no le incumben se vino a vivir con nosotros, ella, sus muebles, sus recuerdos y sus cosas vinieron como un tusunami a llenar los espacios blancos que faltaban, y no, no lo digo como una queja porque aunque esta es una aventura para todos y el engranaje como en cualquier caso no es fácil... tampoco ha de ser difícil y sus muebles con historia se unen a nuestros muebles formando una comunión tan natural como los tazones de distintos portes, como que siempre estuvo aquí, acompañándonos.

Hoy el departamento no tiene el piano ni la paloma zombie pero pucha que tiene relatos... 

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